La muñeca Barbie se ha convertido en algo más que un juguete, es todo un icono del siglo XX, una musa a la que han llegado a vestir los más grandes diseñadores.
Pero ¿qué sucede con la muñeca Barbie? Pues que su anatomía no es real, tiene una cabeza muy grande y una cintura demasiado pequeña, es decir sus proporciones no transmiten una imagen demasiado realista y nada saludable de las mujeres.
Es por eso que el artista Nickolay Lamm hace un tiempo quiso hacer un experimento y creó una representación digital del aspecto que debería tener una Barbie con las proporciones reales de una chica de 19 años y cuyo objetivo era que todo el mundo viera que lo real también era bonito, según sus propias palabras: “lo que está dentro de la media también es bello”.
Desde ese momento, Lamm ha recibido una respuesta muy positiva por parte de padres e hijas, y ha dado un paso más allá, convirtiendo la idea en algo real.
La versión del artista de la muñeca Barbie como una chica normal, con ropa acorde a su edad y con poco maquillaje ha calado hondo entre la gente y Lamm ya está buscando inversores para crear su propia versión de la Barbie.
La cuestión es si esta idea también calará cuando la muñeca esté en los establecimientos, ¿por qué producto se decantarán las niñas? ¿por una muñeca con una melena impresionante y miles de accesorios o por una muñeca similar a sus hermanas mayores con la ropa que ellas mismas pueden usar?
La polémica está servida, lo cierto es que tampoco existen los caballos de colores rosas, azules, amarillos con las crines llenas de purpurina y no por ello vamos a cambiarlo todo, ¿no creéis que es muy excesivo el tanto querer aparentar normalidad en según qué temas? ¿Pensáis que si sale una muñeca con medidas reales, dejarán de aparecer chicas que quieran emular a la famosa Barbie?