Hay personas que prefieren lavarse el cabello por la mañana, otras por la noche. Hay quienes se lo lavan todos los días, otros alternan un día en medio. Están las personas que prefieren usar mascarilla, otras acondicionador, otras nada, todo es cuestión de gustos. Pero lo que es muy importante es saber cuál es la forma de lavarse el cabello.
Cada experto tiene algún truco bajo la manga para quedar el cabello lo mejor posible durante el lavado. Pero, lo cierto es que, gran parte, depende de la calidad de los productos, el tipo de cabello o los gustos de cada una.
Decide cuál es la forma correcta de lavarse el cabello para ti
Por regla general, se suele usar un champú que te ayude a eliminar la suciedad, y un acondicionador para devolverle al cabello su suavidad y brillo.
También somos muchas los que preferimos utilizar mascarillas o un sérum para mejorar el estado del cabello o a tratar ciertos problemas capilares.
En cuanto a la frecuencia del lavado, depende mucho del tipo de cabello. Si tienes un cuero cabelludo graso o con tendencia a la grasa, lo ideal es que laves con frecuencia tu cabello. Mientras que si tienes el cabello seco, lo mejor es que lo espacies a lo largo de la semana.
No es aconsejable lavar el cabello cada día. Porque, además de que se elimina la suciedad, también se retira el manto hidrolipídico que sirve para proteger la piel de forma natural. Pero, eso depende, de las necesidades de cada una.
Por ejemplo, si haces mucho deporte cada día, seguro que debes lavarte el cabello a diario. En este caso, es mejor usar un champú frecuente para no agredir al cuero cabelludo ni al cabello.
Paso a paso para lavarte el cabello adecuadamente
El lavado de cabello perfecto requiere de una serie de pasos. Si tienes el cabello liso, lo ideal es que lo cepilles antes de lavarlo. De este modo, eliminarás los restos de productos que hayas usado. Además, el cepillado estimula el riego sanguíneo. Si tienes el cabello rizado, como es mi caso, es mejor no hacerlo, porque vas a romper más fibras que otra cosa…
Comienza a mojar el cabello con agua tibia. Aplica el champú y comienza a realizar un masaje por el cuero cabelludo de forma homogénea. Para no pasarte con la cantidad de cabello, es mejor que apliques el champú en la mano y después lo repartas por el cabello. Evita ejercer una excesiva presión sobre el cuero cabelludo.
A la hora de aclarar, hazlo también con abundante agua tibia. Y, si te atreves, poco a poco, ve disminuyendo la temperatura del agua, para ir cerrando las cutículas capilares. De este modo el cabello quedará más suave.
Si usas un champú de uso frecuente, no será necesario que repitas dos veces el lavado. Sólo será necesario volver a aplicarlo si no has eliminado toda la suciedad del cabello.
Después de retirar el champú, dependiendo del tipo de cabello, es necesario usar algún tipo de acondicionador, mascarilla o sérum. En cada caso, debes seguir las instrucciones de uso.
En cuanto al momento del día en que es mejor lavarse el cabello, no interfiere en el resultado. Lo que sí influye es el secado. Nunca es aconsejable acostarse con el cabello mojado.
Escoge el mejor champú
Un champú debe tener como ingredientes básicos una base limpiadora, para emulsionar la suciedad y las secreciones sebáceas, facilitando su eliminación con el aclarado.
También debe llevar un espesante, para darle la consistencia adecuada, estabilizadores de la espuma, un reengrasante (sirve para compensar el efecto de limpieza de los tensioactivos).Reguladores del pH, perfumes… Algunos llevan acondicionadores, para darle brillo y suavizar el cabello.
Para elegir un buen champú, fíjate bien en los ingredientes. Deben contener activos adecuados para tu cuero cabelludo. Por ejemplo, la avena y el aloe vera son ideales cueros cabelludos irritados; el aceite de argán y oliva, para los cueros cabelludos secos, y los aceites esenciales de comino, romero o lavanda, para cueros cabelludos grasos.
En cuanto a las siliconas, todo es cuestión de gustos. Es cierto que su uso regular puede dejar residuos en el cabello que impiden que penetren otros activos importantes.
Pero tienen un lado bueno. Y es que actúan como protectores frente al sol y el medioambiente.
Otro inconveniente es que le dan al cabello un aspecto que no es real. En resumen, las siliconas no mejoran la calidad del cabello y pueden enmascarar síntomas de otros problemas. Suelen apelmazar el cabello y pueden hacer que se vuelva graso.