El tiempo no perdona, y poco a poco vamos llegando a cierta edad y con ella llega la menopausia, gracias a los nuevos productos cosméticos, son muchas las mujeres que parecen haber tomado el elixir de la ‘eterna juventud’, pero lo cierto es que quien más quien menos afronta cambios a medida que van pasando los años.
La menopausia es una etapa un tanto compleja en la que vemos como los signos de la edad se van acentuando, la piel se altera y en función de la herencia genética y el estilo de vida lo podemos llevar mejor o peor.
En general, a partir de los 50 años, la piel se ve más seca, fina, flácida y áspera, con arrugas y cambios de pigmentación, dilataciones vasculares, dificultad de cicatrización, crecimiento de formaciones benignas, etc, es decir que su hidratación va disminuyendo.
Pero no solo la piel sufre los estragos de la dichosa menopausia, muchas son las mujeres que engordan unos cuantos quilos, eso sucede porque los estrógenoes estimulan los depósitos de grasa del organismo femenino, y durante la menopausia, estos se vuelven a redistribuir, disminuyendo la grasa en zonas como el rostro, brazos, pechos o piernas pero aumentando en la zona abdominal, nalgas y muslos.
No te asustes si estás a puntito de llegar a esta etapa porque en la actualidad hay tratamientos hormonales sustitutivos que pueden llegar a mejorar algunos de estos problemas, como por ejemplo, ralentizando el proceso de envejecimiento o el aumento de peso.
La piel sufre mucho con la llegada de la menopausia por lo que debemos cuidarla de un modo especial:
1. En casa – Es fundamental una higiene correcta. Lo primero que debes hacer es usar un jabón no irritante para que el pH de la piel se mantenga entre 4 y 6. Hay emulsiones que dejan una especie de película oclusiva sobre la superficie de la piel para que la barrera natural no se vea alterada por factores externos. después de lavar la cara seca sin frotar, con ligeros toques.
La crema de día debe tener componentes antioxidantes como por ejemplo la Vitamina C, E, y la de la noche ácido ferúlico y retinoides.
La piel debe estar bien hidratada por dentro y por fuera, como os he dicho en infinidad de ocasiones, pero no os imagináis lo beneficioso que es ingerir cada día por lo menos un litro de agua.
Cuando vayas a salir a la calle no olvides usar un fotoprotector adecuado a tu tipo de piel.
La alimentación es muy importante, deberá ser rica en proteínas, antioxidantes y pobre en carbohidratos, de este modo ayudarás a evitar el sobrepeso. Limita el consumo de alcohol y tabaco.
2. En un centro de estética – Puedes demandar un peeling químicos, con botox, cirugía estética, etc. todo depende de cómo quieras cambiar por fuera.
El cabello también se resiente mucho con la menopausia. El ciclo del pelo se reduce y la fase de crecimiento es mucho más corta, por lo que notarás que tu pelo cada vez es más fino y no crece lo suficiente. Puede darse incluso un cierto grado de alopecia. El cabello, al igual que con la piel sucede, también se vuelve más seco y por el desequilibrio de estrógenos y andrógenos puedes notar que te sale pelo nuevo y más grueso en la zona del bigote y la barba. Lo bueno, por otro lado es que el vello de las axilas y el pubis se reduce, pudiendo llegar a menos de la mitad.
Durante la menopausia puede haber dos tipos de alopecia. Cuando el desajuste hormonal está en su máximo apogeo, con unos niveles de andrógenos altos y si tienes unos antecedentes familiares de calvicie, es posible que te encuentres con una alopecia androgenética femenina (FAGA), este problema no es algo exclusivo de la menopausia ya que puede empezar a cualquier edad a partir de la pubertad.Se trata de una caída continua y progresiva, por lo que es muy importante un diagnóstico precoz para instaurar un tratamiento adecuado.
Hay otro tipo de caída que es la más frecuente, se trata de la alopecia frontal fibrosante (AFF). Se caracteriza por un retroceso de la línea de implantación de manera progresiva y que en ocasiones se puede llegar a asociar con la pérdida de cejas y vello corporal.Pero con un diagnóstico precoz se puede frenar la progresión.
Como ves, todos aquellos problemas que conlleva la menopausia pueden mejorar o frenarse con un diagnóstico previo, así que ante la duda, acude a tu médico de cabecera para que te mande a un especialista y te puedan hacer un chequeo adecuado.