El buen tiempo es sinónimo de sol y de disfrutar al aire libre. Cuidar la Espalda en Verano es fundamental. Especialmente si te gusta llevar vestidos escotados por detrás.

La piel de la zona de la espalda es especialmente sensible. Y puedes tener granitos, que suelen aparecer por el calor. También es la gran olvidada. Por eso, muchas veces se quema después de tomar el sol.

Por eso, es aconsejable Cuidar la Espalda en Verano, tanto antes como después de tomar el sol.

Cómo Cuidar la Espalda en Verano de forma efectiva

Con los cuidados de antes de que comience el Verano ya vas un poco tarde. Pero si todavía estás a tiempo de Cuidar la Espalda antes de irte de vacaciones, te recomiendo realizar un peeling abrasivo suave, unas semanas antes.

Este tratamiento permite eliminar la mayor cantidad de células muertas posibles.

Cuidar la Espalda en Verano

Al pensar en la espalda, seguro que te das cuenta de que es una de las zonas del cuerpo que más se expone a los rayos solares. Sobretodo la zona de los hombros.

Fíjate, especialmente, si practicas natación. Es muy importante que prepares la piel. Pero también que uses una crema con un correcto factor de protección solar.

Recuerda las reglas de exposición solar

Es muy importante que recuerdes las reglas a seguir para una correcta exposición solar.

Cuidar la Espalda en Verano

1 . Aplica dos horas antes de exponer tu piel al sol un FPS adecuado.

2 . Repite cada dos horas, y sobretodo, incidiendo en la zona de los hombros y espalda, cada vez que salgas del agua.

3 . Por regla general, la espalda es muy grasa, sobretodo la parte alta. Por lo que el protector solar debe ser fluido y que se extienda bien.

Si tienes la piel sensible, cuidado. Porque el cloro, el salitre, etc, pueden favorecer la sequedad de la piel, y si te expones al sol, puede que haya zonas que no se bronceen igual. Por lo que puede haber zonas de diferente coloración, por la falta de hidratación.

Por eso es muy importante que elimines los restos de agua de la piscina o de la playa, mediante una buena ducha (si sales del agua y piensas quedarte un rato más en la zona, lo ideal es que aproveches la ducha pública para eliminar el cloro o la sal) con un jabón emoliente con un pH lo más cercano posible al de nuestra piel que es de 5,5.

Después de las vacaciones, opta por realizar una exfoliación suave y una hidratación profunda de la piel en general, pero incidiendo en la espalda.