El «Fasting» o Ayuno Intermitente se ha puesto de moda en las redes sociales.

Son muchos los expertos que alegan que, haciéndolo bien y con sentido común, el Ayuno Intermitente puede ser beneficioso para la salud. Pero si lo haces mal, puede llegar a ser muy peligroso, especialmente si está contraindicado según tu salud.

Hoy te cuento qué es, cómo se hace y en qué casos está contraindicado.

Qué es el Ayuno Intermitente

El fasting, cómo se conoce en inglés, consiste en dejar de consumir alimentos sólidos o que tengan calorías en un plazo de tiempo durante el día. Y hay otra franja de tiempo en el que se ingieren todas las calorías que el organismo necesita.

El Ayuno Intermitente se pone de moda

Hay diferentes tipos de ayunos intermitentes: de 12:12 horas de 16:8, de 20:8, o de 24 o 48 horas…

El mínimo de horas para que se pueda considerar que se está haciendo ayuno es de 12 horas sin ingerir sólidos. Ahora te explico en qué consisten los diferentes tipos de ayunos que te he dicho:

Ayuno de 12 horas de alimentación y 12 de ayuno (12:12)

Este es el ayuno intermitente más común. Porque muchas personas lo realizamos al cenas a las 21,00 horas y desayunar al día siguiente a las 9,00 de la mañana.

Ayuno de 16 horas (16:8)

En este caso son 8 horas en las que te alimentas y 16 horas en las que ayunas. Para hacerlo de una forma sencilla, lo ideal es cenar temprano, sobre las 20,00 horas, y retrasar el desayuno hasta las 12,00 de la mañana del día siguiente. También hay quien elimina la cena de un día y no come hasta que desayuna al día siguiente.

También hay personas que realizan ayunos de uno o de varios días. Se trata de casos en los que deben estar bajo supervisión médica.

Qué beneficios tiene el Ayuno Intermitente

Bien hecho, este ayuno puede tener efectos positivos para nuestro organismo. Pero es muy importante entender que debes acudir a un/a nutricionista para que te ayude en tu situación personal y que evalúe si puede haber o no algún tipo de contraindicaciones.

El Ayuno Intermitente se pone de moda

Durante este ayuno, el organismo, al no tener glucosa que procede de los alimentos como fuente de energía, busca en las reservas de triglicéridos.

También aumenta la hormona del crecimiento y favorece a mantener la masa muscular y la densidad ósea.

Otro beneficio es que se estimula la autofagia, es decir un mecanismo de reciclado a través del cual las células usan ciertos componentes celulares para obtener energía. Esto conlleva a un menor riesgo de enfermedades.

Por otra parte, el ayuno intermitente puede ayudar a la pérdida de peso, y a controlar los biomarcadores cardiovasculares, el envejecimiento y la microbiota intestinal…

Pero, cuidado, este tipo de ayuno no es apto para personas que tienen algún tipo de patología o están en riesgo de desnutrición.

Contraindicaciones del Ayuno Intermitente

Realizar un ayuno muy largo, sin un control, y sin conocer las patologías previas, puede llegar a ser muy peligroso.

Realizar un ayuno no quiere decir «no comer«. Significa que el número de calorías que necesitas lo ingieres en un espacio de tiempo más corto y que, después, existe un espacio de tiempo en el que no tomas sólidos ni calorías.

Lo ideal es acudir siempre a un nutricionista cualificado. Porque si lo haces por tu cuenta, puedes llegar a tener bajadas de azúcar o de tensión de forma repentina, incluso provocando un desmayo.

Este tipo de ayuno también puede ser una vía fácil de entrada a ciertos tipos de patología como la anorexia. Existen estudios que alegan que el ayuno intermitente puede ayudar a la aparición de trastornos del comportamiento alimentario, al igual que otras patologías mentales como puede ser la depresión.

También es malo realizarlo si se padece de cáncer, diabetes tipo 1 o problemas hepáticos.

Te dejo un vídeo explicativo que te puede ser de utilidad para entender mejor este proceso.