Cuando tienes el cabello rizado, es posible que sientas que la mayoría de los productos para el cuidado del cabello no están hechos para ti y que tu cabello necesita ser domesticado hasta la sumisión. La realidad es que eso no es cierto. Si bien el cabello rizado puede representar algunos desafíos únicos, no hay razón para perder la esperanza de encontrar los productos adecuados o el estilo determinado. Y un punto muy importante es cómo lavar el cabello rizado.
El buen cuidado del cabello, comienza por entender qué tipo tienes, pero también conocer qué necesidades requiere e identificar los productos que debes adoptar y cuales evitar. Lavar el cabello rizado es la base de una buena rutina para cuidarlo adecuadamente.
Por lo que salir a comprar y gastar un montón de dinero que no te funcionan, no es la mejor solución. Hoy te doy unas cuantas pautas para Lavar el cabello rizado de forma correcta.
Conoce tu tipo de rizo
Cuando hablamos de cabello rizado, muchas personas se sorprenden al descubrir lo amplia que es esta categoría. Los rizos pueden variar desde ondas suaves hasta rizos muy chiquitines y densos con una amplia gama de texturas y diámetros.
Cuando conoces tu tipo de cabello, puedes ser más consciente de las preocupaciones generales que experimenta y puedes elegir mejor los productos y las técnicas de cuidado que sacarán lo mejor de tu cabello.
Pero es muy importante que tengas muy presente que el tipo de cabello por sí solo no va a resultar la panacea para solucionar cualquier problema que tengas a la hora de cuidarlo. El hecho de que tengas el mismo tipo de cabello que tu influencer favorita no significa que debas copiar completamente las rutinas que promociona porque es muy posible que no funcionen.
Una de las tablas de tipos de cabello más confiables es la de Andre Walker . El estilista de las estrellas divide los tipos de cabello en cuatro categorías principales que incluyen subcategorías adicionales:
- Tipo 1 – Es un cabello lacio y no contiene ninguna subcategoría.
- Tipo 2 – Es un cabello ondulado y se define además por 2A, 2B y 2C.
- Tipo 3 – Se usa en rizos estilo «sacacorchos» tradicionales y se divide en 3A, 3B y 3C.
- Tipo 4 – Son rizos muy enrollados que pueden variar desde «sacacorchos» en miniatura hasta rizos en zig-zag muy apretados con subcategorías adicionales que incluyen 4A, 4B y 4C.
Por regla general, el cabello rizado suele ser más seco que el cabello liso. Y cuanto más rizado sea tu cabello, más seco tiende a estar.
Para que me entiendas mejor, mientras que una persona con un cabello ondulado Tipo 2A solo puede tener problemas de sequedad de forma ocasional, alguien con el cabello rizado 4C puede tener problemas con la sequedad a diario. Esto se debe a que cuanto más rizado sea el cabello, más difícil será que los aceites naturales producidos por el cuero cabelludo viajen por el tallo del cabello.
Esta sequedad extrema puede dar como resultado un cabello muy quebradizo propenso a tener las puntas abiertas. Y esto significa que cuando llegue el momento de lavarlo, deberás priorizar los productos que ayuden a aguantar la humedad de tu cabello y es posible que necesites añadir técnicas que sean muy suaves con tu pelo para minimizar el exceso de rotura.
Pero el tipo de cabello por sí solo no es suficiente para escoger los productos y métodos adecuados para lavar el cabello rizado.
Porosidad y densidad
El cabello rizado tiene unas características únicas que va a necesitar que modifiques tu rutina de lavado, pero una vez que aprendas los conceptos básicos, es fácil hacerlo.
La porosidad y la densidad son muy importantes para comprender la facilidad con la que tu cabello retiene la humedad. La densidad o el grosor pueden ser difíciles de precisar, ya que es casi imposible contar las hebras de cabello, pero generalmente se mide en términos de cuántas hebras hay en unos seis centímetros cuadrados de cuero cabelludo.
La prueba de porosidad
La porosidad se puede medir realizando una prueba sencilla. Seca tu cabello con un toalla después de lavarlo. Siente la textura mientras está húmedo. Si lo notas áspero, tienes el cabello de porosidad baja. Si simplemente lo notas húmedo, tienes el cabello de porosidad normal y no necesariamente debes cambiar tu rutina o productos para el cuidado del cabello. Y si lo notas pegajoso, como si todavía tuviera cosméticos, entonces tienes un cabello con una alta porosidad.
Si tienes un cabello de porosidad alta o baja vas a tener dificultades para mantener la humedad, lo que significa que debes concentrarte en los productos para el cuidado del cabello, para asegurarte de que tu cabello recibe la humedad que necesita.
Qué debes saber sobre la alta porosidad
El cabello que tiene una elevada porosidad a menudo se asocia con una melena dañada, aunque algunas personas tienen de forma natural el cabello con una alta porosidad. En este caso las cutículas del cabello permanecen abiertas, lo que permite que entre demasiada humedad. El encrespamiento y los enredos cuando está húmedo también son signos de un cabello de alta porosidad.
Si tu cabello tiene una alta porosidad, debes concentrarte en productos ricos en humedad. Específicamente, los acondicionadores sin enjuague inmediatamente después de lavarse el cabello o los tratamientos de acondicionamiento profundo pueden ayudar a infundir humedad y combatir el frizz o los enredos.
El cabello de alta porosidad también se ve beneficiado de un primer a base de aceite para ayudar a prepararlo para retener la humedad. Asimismo, optar por un champú sin sulfatos también es una buena idea. Debes evitar los champús con limpiadores fuertes que pueden dejar el cabello más débil y susceptible a daños adicionales.
Qué debes saber sobre la baja porosidad
El cabello que tiene una baja porosidad presenta unas cutículas muy superpuestas hasta el punto de que quedan planas. Por regla general, suele ser un cabello saludable, pero tiene dificultades para permitir que la humedad penetre en las fibras capilares.
Puedes tener problemas por la acumulación de productos, así que necesitarás priorizar los pasos de aclaración para limpiar a fondo los mechones y el cuero cabelludo.
Como resultado,debes evitar los acondicionadores profundos ricos en proteínas, ya que pueden provocar la acumulación de producto y hacer que el cabello se vuelva rígido. Evita también el uso frecuente de acondicionadores sin enjuague, ya que estos también pueden aumentar la rigidez. Las mejores opciones son los acondicionadores sin proteínas que contengan humectantes naturales como la miel o la glicerina.
Debido a que el cabello de baja porosidad tiene las cutículas bien cerradas a lo largo del tallo, añadir humedad puede ser difícil. Los estilistas recomiendan el aceite de aguacate. Usarlo antes de lavar el cabello ayuda a preparar el cabello para que cuando encuentre agua, pueda absorberla y retenerla de manera efectiva.
Y si tienes una porosidad híbrida
Como si eso no fuera suficiente, algunas personas tienen porosidad híbrida, lo que significa que tienen porosidad baja y alta en todo el cabello.
A veces, esto se debe a daños en la melena. Pero otros culpables pueden incluir el exceso de sol, o incluso las canas.
Si tienes el cabello rizado de porosidad híbrida, es posible que quieras añadir el vapor en tu rutina diaria de lavado para ayudar a abrir completamente las cutículas del cabello antes de comenzar con el acondicionador.
Otro consejo incluye usar un gorro térmico para ayudar a abrir las cutículas mientras acondiciona profundamente tu cabello. Además, concéntrate bien en aplicar el acondicionador en medios y puntas.
Con qué frecuencia lavar el cabello rizado
La frecuencia a la hora de lavar el cabello rizado tampoco es un concepto único para todas. Algunas personas van bien lavándose el cabello rizado todos los días, mientras que otras pueden necesitar alargar el tiempo para evitar el lavado excesivo y no quitar la humedad del cabello.
Dependiendo de tu tipo de cabello, y si te preocupa la sequedad o las hebras finas, es posible que no necesites lavarse el cabello todos los días. Esto dependerá de la composición de tu cabello y de cualquier problema que estés experimentando, ya que no existe una regla que indique que todos los tipos de cabello rizado deben lavarse con menos frecuencia o que todos los tipos de cabello ondulado deben lavarse a diario.
Asimismo, los cambios en el estilo de vida, como el aumento de las rutinas de ejercicio, pueden requerir un lavado más frecuente.
Sin embargo, si tienes problemas con la sequedad, puede ser una buena idea reducir la frecuencia de lavado de todos los días a tal vez dos o tres veces por semana. Esto, por supuesto, va de la mano con la elección de los productos de lavado y peinado adecuados para tu tipo de cabello y nivel de porosidad.
Pero si no estás completamente segura de qué frecuencia es la adecuada para ti, la recomendación general es que las personas con tipos de cabello rizado no deben lavarse el cabello más de dos o tres veces por semana. Comienza con este objetivo y, dependiendo de cómo responda tu cabello, mantenlo, aumenta o reduce la frecuencia.
Ajustar tu rutina de lavado
Este es otro paso en el que debes estar preparada para comenzar con un poco de prueba y error. Como te he mencionado varias veces, no existe un producto mágico o una rutina que resuelva todos los problemas de todas las personas con cabello rizado. Si bien debes centrarte en productos diseñados teniendo en cuenta tu tipo de rizo, también debes tener en cuenta la porosidad.
Si no has realizado la prueba de porosidad, asegúrate de hacer una la próxima vez que te laves el cabello y después compra los productos diseñados para abordar cualquier problema.
Pero no olvides que si has tratado químicamente o teñido tu cabello, también son factores a tener en cuenta en el proceso de decisión de comprar el champú y acondicionador.
¿Qué es el método Curly Girl?
Aunque no todos los cabellos rizados lo admiten, no quiero despedirme sin mostrarte esta idea.
El método Curly Girl (CGM) es una gama de pasos para el cuidado del cabello que está diseñado para resaltar lo mejor del cabello rizado. Su objetivo principal es evitar el uso de champú para limpiar el cabello porque muchos champús contienen ingredientes agresivos que pueden despojarlo de sus aceites naturales y dejarlo más propenso a dañarse.
Específicamente, alguien que sigue el MCG debe, además de saltarse el champú, debe evitar los productos que contienen:
- Sulfatos
- Siliconas
- Aceites minerales
En lugar de champú, se lava el cabello rizado con un champú lo más natural posible que no contenga ingredientes agresivos o un acondicionador también lo más natural posible para eliminar suavemente la suciedad y la acumulación de productos sin dañar el cabello.
Dependiendo de los tipos de productos que uses regularmente y su frecuencia de lavado, deberás decidir qué opción es mejor para tu tipo de cabello.