Las mascarillas se han convertido en el producto cosmético ideal para perfeccionar y mejorar la piel del rostro, podemos usarlas tanto para reducir los granitos inoportunos o para solucionar un estado de deshidratación, entre otras cosas…
Podemos recurrir a las mascarillas siempre que sea necesario, es la misma piel del rostro la que nos indica cuando debemos usarlas, pero para lograr el máximo rendimiento, lo ideal es establecer una pauta de uso, Por ejemplo, las redactoras de Joven y Guapa usamos una vez por semana mascarillas hidratantes, dos veces por semana una mascarilla exfoliante, y las que tenemos la piel grasa, usamos mascarillas purificantes tres veces a la semana.
La forma de uso de cada mascarilla depende de cada producto, debes ver su manual de instrucciones y el tiempo que debe actuar sobre la piel. Para lograr que las mascarillas actúen lo máximo posible, es muy importante que la piel de la cara esté muy limpia, y sería estupendo que hubieras hecho un peeling antes.
Cada piel necesita un tipo diferente de mascarillas:
1. Piel seca – Si este es tu tipo de piel, apuesta por las mascarillas nutritivas y/o hidratantes.
2. Piel mixta – Usa mascarillas exfoliantes, lo ideal es que las uses exclusivamente en la zona T.
3. Piel grasa – Las mascarillas purificantes serán tus grandes aliadas, si las usas combinadas con tu tratamiento diario.
4. Piel madura – Apuesta por las reafirmantes y por los productos de efecto “flash”.
5. Piel apagada – Las mascarillas renovadoras de acción enzimática o mediante ácidos alfahidroxiácidos son buenísimas para tu tipo de piel.
Como ves, en el mercado existen una amplia cantidad de productos para que tu rostro luzca resplandeciente, y además, existen mascarillas de acción rápida, que en un solo minuto dejan tu cara luminosa y sin rastro de problemas cutáneos.
Seguro que si preguntas en tu centro de estética de confianza te podrán asesorar de cuál es la mascarilla que te va mejor.