“Las mujeres adoramos los tacones altos porque nos hacen sentir sensuales y sexies. Amamos esa dosis de altura que nos regalan y cómo hacen que nuestras piernas parezcan mucho más largas y sexies. Cuando una mujer lleva unos tacones altos llama la atención. Y lo sabe. Las mujeres que adoramos los tacones altos adoramos la feminidad y la sensualidad”. Así nos responde Chyna Whyne –sobre unos peep toes con tacón de vértigo, cómo no– cuando le preguntamos el por qué de la devoción (extrema) que sentimos las féminas por los zapatos de tacón. Whyne es experta en el tema. Muy experta. Es la autora de la biblia de los taconesMastering the Art of Wearing High Heels-10 Hot Tips –porque, según ella, “La técnica para llevarlos existe y hay un camino al cielo de los tacones”– y de unos innovadores workshops,Walking In Stilettos, en los que enseña a caminar sobre tacones y a adoptar la postura correcta sobre ellos. “Educamos a las mujeres sobre lo que tienen que hacer y no hacer sobre unos tacones, les decimos cómo adoptar la mejor postura para evitar dolor en los pies, calambres en las pantorillas y aliviar el dolor de espalda”. Y añade: “Muchísimas mujeres maldicen los tacones porque no son capaces de caminar con ellos adecuadamente. Y caminar mal con tacones puede ocasionar muchos problemas”. De ahí que esta jamaicana apodada como la gurú de los high heels haya llegado a impartir un curso de seis semanas en un instituto de Londres para iniciar a las adolescentes en su uso más sensato.
Como dijo Marilyn Monroe – “No sé quién inventó los tacones altos, pero todas las mujeres le debemos mucho”, sentenció–, los tacones son el arma perfecta para regalarnos dosis deseguridad y seducción. “Sentimos devoción por los tacones porque los hombres sienten pasión por ellos. Y, por tanto, a nosotras eso nos da poder sobre ellos”, afirma Rebeca J. Cirujano,Beauty Coach de Slow Life House, que añade: “Los tacones están vinculados a la sensación de poder que implica ser capaz de andar con ellos y exponer al mundo que te sientes segura”. Sin embargo, pese a todas esas bondades emocionales, la realidad más física nos confirma que tienen un tremendo poder castigador. “El aumento de la altura de tacón es igual al aumento de presión en la parte anterior del pie. Además, a cada paso que damos con tacones, multiplicamos por tres el peso corporal”, nos cuenta Rafael Vicetto, de la clínica Fisioterapia Vicetto, cuando le pedimos que enumere los daños que un tacón elevado puede ocasionar. “Al cambiar el centro de gravedad se ocasionan problemas en rodillas y caderas y los músculos y los tendones sufren”, añade.
Una tortura consentida –“El tacón alto es totalmente antifisiológico. Las personas que utilizan estos zapatos compensan la postura poniendo la columna en una posición de hiperlordosis, arqueada hacia dentro, que causa dolor lumbar”, sentencia Montserrat Quirós, creadora de un protocolo específico en cabina para las mujeres que llevan tacones altos que no impide nuestra relación de amor (y odio) con este objeto de deseo.
Hablamos con Whyne, J. Cirujano, Quirós y con Ildi Guba, directora de The Chi Spa, para explicar por qué sentimos devoción por ellos y desgranar las claves más sensatas para poder sobrevivirlos.